Rottweiler

Origen: El Rottweiler tiene sus raíces en el Imperio Romano, donde se utilizaba como perro de trabajo para pastorear ganado y proteger a las legiones romanas. Con el tiempo, la raza se estableció en la ciudad de Rottweil, en Alemania, donde adquirió su nombre. Durante la Edad Media, fue utilizado como perro de guardia y transporte de mercancías para carniceros, lo que lo convirtió en una raza fuerte y resistente.

Cuidados: El Rottweiler es una raza activa que necesita ejercicio regular para mantenerse en forma y evitar el aburrimiento, lo que puede llevar a comportamientos destructivos. Paseos largos, juegos de agilidad y tiempo para correr en espacios abiertos son esenciales para esta raza. Además, requieren socialización desde temprana edad para desarrollar un comportamiento equilibrado y evitar la sobreprotección.

Pelo: Tiene un pelaje corto, denso y liso que es fácil de mantener con un cepillado semanal. Durante las temporadas de muda, un cepillado más frecuente ayuda a controlar la caída del pelo. Aunque no necesita ser bañado con frecuencia, es importante mantener sus oídos, dientes y uñas en buen estado.

Color: El Rottweiler es característicamente negro con marcas de color fuego en áreas específicas como las mejillas, hocico, pecho y patas. Este patrón de color es una de sus señas distintivas.

Comportamiento: El Rottweiler es conocido por ser un perro seguro de sí mismo, leal y protector. Es un guardián natural y muy apegado a su familia, por lo que tiende a ser reservado con extraños. Sin embargo, con la socialización adecuada, puede ser un perro amigable y equilibrado. Son inteligentes y responden bien al entrenamiento, lo que los convierte en excelentes perros de trabajo, como perros de guardia, policías y de búsqueda y rescate.

Altura y Peso: Los machos miden entre 61 y 69 cm de altura y pesan entre 50 y 60 kg, mientras que las hembras miden entre 56 y 63 cm y pesan entre 35 y 48 kg.

Historia: El Rottweiler fue criado originalmente por los romanos, quienes lo utilizaron para proteger y guiar ganado durante sus campañas militares. A medida que los romanos se establecieron en Europa, el Rottweiler se adaptó a nuevas tareas, convirtiéndose en un perro guardián y de trabajo para carniceros y comerciantes en la ciudad de Rottweil. En el siglo XX, su capacidad para el trabajo duro y su naturaleza protectora lo hicieron popular como perro de servicio y policía. Hoy en día, el Rottweiler es reconocido tanto por su capacidad de trabajo como por su lealtad y protección hacia su familia.